jueves, 16 de abril de 2009

23 de Abril. Día del Cientifico Gallego. Homenaje a Isidro Parga Pondal

En los años cincuenta, sesenta y setenta del pasado siglo, un pueblo de la Costa da Morte se convirtió en una referencia para la ciencia europea. Científicos de todo el continente venían en peregrinación con cierta regularidad al Laboratorio Xeolóxico de Laxe, donde compartían experiencias profesionales con Isidro Parga Pondal, un químico de formación que se acabó convirtiendo en el padre de la geología gallega moderna y en un referente internacional de la especialidad. En Laxe, su localidad natal, buscó su refugio después de que, acabada la Guerra Civil, fuera expulsado de la Universidad de Santiago por su colaboración en el Seminario de Estudios Gallegos, su amistad con Castelao y sus ideas galleguistas.

Isidro Parga Pondal, (Laxe, 1900) es una de las figuras científicas gallegas más notables del siglo XX. Su oscurecida y breve carrera académica en la Universidad gallega contrasta con el respeto y la consideración con los que fue tratado por las universidades del resto de España, principalmente, de Europa. A los 22 años finaliza sus estudios de Químicas en la Universidad Complutense de Madrid, incorporándose al año siguiente a la Universidade de Santiago, donde imparte docencia entre 1923 y 1936 como profesor auxiliar en la Facultad de Química.
En 1930 es becado por la Junta de Ampliación de Estudios para realizar su doctorado en Zúrich (Suiza). Sus profesores Niggli, Burri y Jakov, los fundadores de la Geoquímica en el mundo, lo elogian por su talento y preparación recomendando a su Universidad que le dé el apoyo que merece. Presentada su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid (1934), vuelve a Santiago y planifica la creación del primer Laboratorio de Geoquímica de España con el apoyo del Seminario de Estudios Gallegos y el Instituto de Estudios Regionales de la Universidad.
En 1935, la Fundación Nacional de Ensayos y Reformas autoriza el Laboratorio de Geoquímica, empezándose a trabajar en él a comienzos de 1936. La Guerra Civil interrumpe el proceso y Parga es expulsado de la Universidad por galleguista, miembro del Seminario de Estudios Gallegos y amigo de Castelao, prohibiéndosele el acceso a la facultad, donde deja todas sus pertenencias que, aunque repetidamente reclamadas, jamás le fueron devueltas. En 1940 es exonerado de todas las acusaciones, pero no vuelve a la Universidad y funda el Laboratorio Xeolóxico de Laxe, donde desarrolla, hasta su retiro en 1965, su vida científica y profesional (minería). Allí realiza el primer mapa geológico moderno de Galicia y codirige durante mas de 20 años la investigación de la geología gallega en colaboración con profesores de otras universidades europeas (Leiden, Montpellier, Zúrich, Liverpool, Münster, Nancy, Estrasburgo, Lisboa, Coímbra). Desde 1979 hasta la fecha su trabajo fue apoyado por Isaac Díaz Pardo y Sargadelos, gracias a cuya ayuda se edita en 1982 la más moderna cartografía geológica de síntesis de Galicia. En 1983 es nombrado doctor honoris causa por la Universidade de Santiago, falleciendo en 1986. La Universidade da Coruña, con el fin de recoger su legado, establece un convenio de colaboración con el Laboratorio Xeolóxico de Laxe en 1994, transformándolo en 1997 en el actual Instituto Universitario de Geología.
En la actualidad la figura de Isidro Parga Pondal está completamente restituida y ampliamente reconocida, pero a partir de hoy lo será aún más tras la declaración de la Real Academia Galega das Ciencias (RAGC), que lo ha elegido como figura a homenajear en el Día do Científico Galego, el 23 de abril. El objetivo es consolidar la efeméride como «unha celebración de toda la sociedad de Galicia, al mismo nivel que o Día das Letras Galegas». «La ciencia, como manifestación cultural de primer orden, debe difundirse y divulgarse para que todos los ciudadanos sean conscientes del potencial investigador que tiene la comunidad gallega, que cuenta con figuras internacionalmente reconocidas desde hace años», resalta el presidente de la institución, Ernesto Viéitez Cortizo.
Si el pasado año el homenajeado fue el matemático Enrique Vidal Abascal, en esta ocasión lo es una figura con gran peso científico, pero también con una notable faceta empresarial (creó Kaolines de Laxe) e intelectual. «Mi abuelo creo que fue una persona que tuvo un reconocimiento público y social bastante grande, porque, aparte de la de geólogo, tenía otras facetas, pero para la familia sigue siendo un agradecimiento que después de varios años de su muerte [falleció en 1986] la gente aún tenga un recuerdo agradable de él», explica el nieto del homenajeado, Isidro Parga Menéndez-Manjón.

Texto: Juan Ramón Vidal Romaní
Fotografías: Familia Parga Pondal
Fuente: La Voz de Galicia
Enviado: Carlos J.Rodriguez

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