martes, 1 de enero de 2013

Editorial: Año nuevo, piedras nuevas.



Elaborar un resumen de lo que ha sido mineralógicamente este año que hemos dejado atrás, no es un ejercicio fácil ni sencillo. Ante todo agradecer que este haya sido un año sin accidentes mortales en nuestra afición, un año en blanco que no obstante nos ha dejado un sinfín de lesionados y magullados. La mayor parte de estos percances se han producido a causa de la falta de equipación adecuada para el buen desarrollo de la salida, y muchos de ellos se han silenciado para no alarmar al personal. Aún así han llegado a nuestros oídos historias sobre derrumbes, caídas y miembros rotos, algunos achacables a la inexperiencia, y otros al exceso de confianza, pero sin duda, la gran mayoría provocados por la fiebre mineralógica que invade al personal y la falta de información adecuada cuando tras un hallazgo, quienes publican o mercadean con las piezas obtenidas no ofrecen información alguna sobre los riesgos de la mina o yacimiento. En este aspecto, los miembros de nuestra comunidad hemos logrado que todo esto no sucediese, haciendo hincapié en las medidas de seguridad, y en la descripción de dichos riesgos, esperamos que este año que comienza siga en la misma progresión del anterior a este respecto.

El 2012 ha sido pródigo en viajes y salidas, en hallazgos de piezas estratosféricas y en el redescubrimiento de piezas clásicas, se han conseguido extraer un gran número de geodas en minas que se daban por agotadas y olvidadas, lo cual ha hecho aumentar de manera exponencial nuestras colecciones, confirmando que el eterno refrán del “Ahí no sale nada” es solo eso, un refrán. A lo largo del año hemos visitado minas y yacimientos de casi todo el país, y también de países vecinos, como Francia y Portugal, hemos acudido a diferentes eventos de intercambio puro y duro, y esto nos ha permitido conocer más a fondo a muchas personas cuyo trato era meramente virtual. Confirmando nuestra primera impresión, la de que por delante de las piedras, siempre están las personas, esto nos ha permitido estrechar lazos y amistades, así como conocer otras colecciones, todo ello altamente enriquecedor.

 Ha sido este un año en el que muchos compañeros han tenido que deshacerse de parte de su colección o de toda ella, e incluso de tomar decisiones acerca de la venta de piezas, todo ello provocado por la acuciante crisis que afecta al país. Hemos visto como alguno se ha desprendido de piezas que llevaban muchos años en sus vitrinas, de lotes que han ido saliendo a la luz, y con ello con parte del corazón de aquel que había ido coleccionándolo. Una decisión dura, y que en las circunstancias actuales es perfectamente comprensible, antes llenar la nevera que tener llena la vitrina. Esta salida al mercado de dichas piezas y colecciones, ha sido criticada en ocasiones desde aquellos ámbitos dedicados al trapicheo de minerales desde muy antiguo, vista como una competencia indeseada o como una oportunidad de cambiar duros a peseta, esto era inevitable, no se puede pretender que las personas abocadas a una desaparición total de lo que ha sido su forma de vida, su trabajo y su hogar, tengan que mantener sus colecciones solo en base a sus principios y ética. Pero de necesidades ajenas, los buitres no entienden, solo comprenden las suyas propias. Es por eso que desde esta editorial quiero animar a todos aquellos compañeros que se han visto obligados a deshacerse de su colección o de parte de ella, a que continúen luchando por poder mantener su hogar y el pan de sus hijos, sin hacer caso del graznido de las aves de rapiña, y con el apoyo implícito de todos aquellos que no hemos tenido que tomar decisiones como las suyas.

 Por otra parte, este año ha sido también un espejo de vanidades, fiel reflejo de las diferencias sociales que existen en la actualidad, mientras por una parte hemos contemplado todo lo anterior, por otra se ha visto la incapacidad moral de otras personas, de esos coleccionistas de la Visa platino, que han tomado las redes a golpe de talonario, y han demostrado que quien tiene dinero, medra en momentos de crisis, y con ello sus colecciones y sus egos. Es un hecho que el mercado del lujo es hoy, aún más pujante que en el pasado, y los minerales de colección son sin ninguna duda un lujo al alcance de unos pocos.

 No podemos olvidar en este repaso anual, la labor realizada por algunas asociaciones, no todas por supuesto, las ha habido que han apostado fuerte por activar y relanzar su trabajo y su esfuerzo, que han puesto mucha carne en el asador y que no se han dejado influir por caciques externos o internos, y también, y como no podía ser de otra manera, hemos asistido al continuo declive y practica desaparición de otras, gobernadas con mano de hierro por personas con intereses muy alejados de la realidad de sus propios estatutos, aquellos que en su primer párrafo especifican claramente que se trata de una organización sin ánimo de lucro, algo de lo que los miembros de sus juntas directivas no están exentos en absoluto, y así les va.

 A pesar de toda esta problemática, el 2013 nos ofrece una ventana a la esperanza, son cada vez más los aficionados noveles que se incorporan, atraídos por la belleza del mundo mineral y por el ejemplo de sus predecesores, libres de prejuicios y con una sed de conocimientos y aventuras, que aquellos que ya peinamos alguna cana, envidiamos sanamente, ellos son el futuro de la mineralogía española, y aquellos que somos el presente y pasado, seremos los responsables de entregarles un testigo limpio y entero, no un carcomido palitroque de silencios y medias verdades.

 Bienvenidos al 2013, bienvenidos a un año más de disfrute mineral, a un año más del Mineral Digital.

Texto e imágenes: Picapiedra

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